lunes, 10 de octubre de 2011

Pleamares de la vida... Agatha Christie


"hay una marea en la vida de los hombres cuya pleamar puede conducir a la fortuna..."


Este libro llego a mis manos por azar. Bueno, yo lo escogí, pero sin saber nada ni del título propiamente tal ni de su autora. Fue en una librería argentina que producto de una oferta podía llevarme dos libros a un módico precio. Dejar pasar esa oferta para mí era un sacrilegio, y no por consumista (bueno, quizás también) pero es que aquí los libros son tan caros y allá encontrábamos iguales títulos a la tercera o cuarta parte. Estábamos como niño de 5 años en una juguetería.
Este es uno de los Poirot llevados al cine,
 y que es el que mas se asemeja a lo que yo esperaba de Poirot
Así que por eso me lleve a Agatha Christie conmigo.

Esta es otra novela policial, pero a diferencia de la anterior (además del autor) está ya no se centra en la aventura misma del detective, sino en los personajes que motivan el acertijo policial en cuestión. Es sobre los perfiles y motivaciones de todos los personajes que rodean al misterio que con el correr de las páginas se van transformando uno a uno en los sospechosos. En un poco más de la mitad del libro  comienza  Poirot a participar en la resolución de los conflictos, y da un giro completamente inesperado a este, tanto así que nos hace quedar como tontos al develar el misterio basándose en pistas que también  eran de nuestro conocimiento, pero como inocentes lectores pasamos por alto.
Para ser sincera, resulto algo tedioso y me falto mayor dinamismo en la primera parte del libro, pero también reconozco que no se puede prescindir de ella ya que sin esta se perdería todo el atractivo del libro que es precisamente la complejidad del ser humano, y las motivaciones (a veces retorcidas) que guían sus actos.
Cuando ya los crímenes se gatillan y la investigación comienza su curso la lectura evidentemente se hace más interesante, con el ir y venir de sospechosos, que culmina con la sorpréndete develación del misterio, y los que es mejor aun, las causas que lo gatillan.
Eso si, personalmente prescindiría del último capítulo, en el cual dejan por el suelo la imagen hasta ese momento admirable que tenia del personaje de Lynn, que para una mujer en 1946 resultaba ser bastante moderna y quebrantadora de esquemas. Pues bien, en el último capitulo, deja de serlo,  y se convierte en la típica mujer  de esos años, que necesita de un marido (independiente de lo cuestionable que pueda ser , sobre todo luego del capítulo anterior) y que se siente cómoda y le resulta suficiente una apacible vida de dueña de casa en el campo. Desilusión. 

Agatha Christie
La responsable que ahora odie a Lynn
Pero ahora que la veo, supongo que no podía Lynn terminar d e otra forma

No hay comentarios:

Publicar un comentario